ACUEDUCTOS, CISTERNAS Y BAÑOS

Incluimos en este apartado aquellas edificaciones o restos de ellas que fueron inicialmente concebidas para facilitar el transporte, almacenamiento o disfrute del agua en la ciudad a lo largo de la historia. El ejemplo más antiguo es la cisterna romana que se encuentra bajo la actual plaza de la Pescadería, construida en el siglo II como parte de la infraestructura de suministro de agua de la ciudad. 

Sin embargo, la mayoría de los bienes en esta categoría corresponden a la Edad Media, concretamente al período de dominación musulmana. Isbiliya contó en su día con numerosos baños públicos, cuyos restos han llegado en algunos casos hasta nosotros, como en los Baños de la Reina Mora o en los de la calle Mesón del Moro, hoy adaptados como restaurante. 

En la misma época se levantaron también los llamados Caños de Carmona, un acueducto encargado de transportar el agua desde un manantial en Alcalá de Guadaira hasta la ciudad. Varios fragmentos de esta infraestructura han llegado hasta nuestros días, diseminados en distintos puntos de la actual calle Luis Montoto.

INSTITUCIONES PÚBLICAS

En este apartado incluimos los edificios creados inicialmente para servir como sede de organismos e instituciones de carácter público. Es el caso, por ejemplo, del Ayuntamiento, que conserva una parte original del siglo XVI con una magnífica decoración plateresca, aunque su fachada principal se corresponde con la reforma neoclásica del siglo XIX. Especial mención merece también el Archivo de Indias, construido en el siglo XVI como Lonja de Mercaderes, una espléndida obra de Juan de Herrera que constituye una de las cumbres de la arquitectura civil del Renacimiento en España.

PARQUES Y JARDINES

Sevilla cuenta con numerosos espacios verdes diseminados por el casco urbano. Sirven de lugar de esparcimiento para sevillanos y visitantes y entre todos atesoran una espléndida colección botánica que se ha ido conformando a lo largo del tiempo y que hace que en la ciudad se puedan encontrar numerosas especies de plantas originarias de los más diversos lugares del mundo. Entre todos los jardines sevillanos, el Parque de María Luisa, con su estilo entre francés y andaluz, es el más popular y hermoso, constituyendo por sí mismo una auténtica joya patrimonial de la ciudad.

FUENTES Y MONUMENTOS

En los espacios públicos de Sevilla se ha ido conformando a lo largo de la historia una hermosa colección de monumentos, de los más diversos estilos, que contribuyen a embellecer aún más la ciudad. Entre ellos se pueden resaltar las obras del genial escultor decimonónico Antonio Susillo, que realizó monumentos como el de Velázquez en la Plaza del Duque o el de Miguel de Mañara en los Jardines de la Caridad. 

También cabe mencionar todos los que se erigieron en relación con el gran evento que fue la Exposición Iberoamericana de 1929. Para la ocasión se reformaron muchos de los espacios públicos de la ciudad, levantándose nuevos monumentos como el dedicado a Colón en el Paseo Catalina de Ribera o la fuente alegórica de Sevilla en Puerta de Jerez.

TORRES, PUERTAS Y MURALLAS

Sevilla ha contado con diversos recintos amurallados a lo largo de su historia. Sabemos que la ciudad se amuralló ya en época romana, aunque de esas primitivas murallas no ha llegado prácticamente nada hasta nuestros días. Los lienzos que aún podemos ver hoy en algunas zonas de la ciudad se corresponden con la refortificación de la ciudad acometida en el último período de dominación musulmana (XII-XIII). 

Entre almorávides y almohades levantaron mas de siete kilómetros de muralla, el perímetro más extenso de la Europa medieval. En ellas se intercalaron según Miguel Ángel Tabales hasta 166 torreones, con 13 puertas y 6 postigos. La mayor parte de estas murallas fueron derribadas, sobre todo en el siglo XIX, cuando imperó una mentalidad que vinculaba la modernidad con la demolición de la vieja cerca medieval. Afortunadamente, algunos fragmentos han llegado hasta nuestros días, destacando entre ellos el lienzo de alrededor de medio kilómetro que se conoce como Murallas de la Macarena. En sus extremos se conservan también, aunque muy modificadas, dos de las puertas históricas de la ciudad, la de Córdoba y el Arco de la Macarena.

IGLESIAS Y CONVENTOS

El centro histórico de Sevilla ha ido poblándose a lo largo de la historia con una ingente cantidad de iglesias, conventos y monasterios, que constituyen un excepcional patrimonio artístico. Podemos decir que se trata, junto con Roma, de la ciudad con el conjunto de arquitectura cristiana más amplio y de mayor calidad en el mundo. Los ejemplos más antiguos se remontan a la Edad Media, cuando se levantaron muchas de las históricas parroquias que han llegado hasta nuestros días, como San Marcos, Omnium Sanctorum o Santa Ana.

Tras la conquista cristiana, se asentaron en la ciudad numerosas órdenes religiosas, que construyeron sus centros monásticos sobre terrenos cedidos por la corona, que conseguía de esta forma incentivar la repoblación. Ya en el mismo siglo XIII, se fundan en Sevilla conventos femeninos como San Clemente, Santa Clara o San Leandro, y otros masculinos, como los de San Pablo, la Trinidad o San Francisco.

Desde principios del siglo XVI, Sevilla se convierte en ‘Puerto y Puerta de América’, canalizando todo el comercio entre Europa y el nuevo Mundo. Esta circunstancia supuso un enorme impulso para las órdenes religiosas en la ciudad, ya que de aquí partiría una ingente cantidad de sacerdotes, frailes y monjas, encargados de la evangelización del ‘Nuevo Mundo’.

Durante el Barroco, ya en los siglos XVII y XVIII, la construcción de iglesias experimentaría un nuevo periodo de esplendor y muchas de las antiguas iglesias medievales fueron profundamente remodeladas o incluso sustituidas. Fue entonces cuando se levantaron templos como San Luis de los Franceses o El Divino Salvador, que merecen estar entre los ejemplos más sobresalientes de este estilo a nivel nacional.

 

PALACIOS Y CASAS SEÑORIALES

Sevilla cuenta con una excepcional colección de palacios y casas señoriales, fruto de su pasado esplendor comercial y de su carácter de centro de poder a lo largo de la historia. Son muy escasos los restos de palacios musulmanes que han llegado hasta nuestros días, por lo que podemos considerar el Palacio Gótico del Alcázar como el más antiguo conservado en la ciudad. Fue mandado construir en el siglo XIII por Alfonso X, muy poco tiempo después de la conquista.

También en el Alcázar, el Palacio del Rey Don Pedro, construido a mediados del siglo XIV, es una auténtica joya de la ciudad, constituyendo el ejemplo más completo y hermoso de la arquitectura civil del mudéjar. Siguiendo su modelo, las familias aristocráticas de la ciudad construyeron sus residencias a lo  largo y ancho del casco histórico de la ciudad ya desde la Baja Edad Media. 

Aunque contamos con algunos ejemplos del siglo XV, el verdadero esplendor de la arquitectura palaciega en Sevilla se da en el XVI, cuando el influjo renacentista llegado de Italia se une a la tradición mudéjar de la ciudad, para dar como resultado un exquisito estilo al que pertenecen ejemplos tan hermosos como la Casa Pilatos o el Palacio de Dueñas.

Todos ellos siguen un esquema bastante parecido en su estructura, con los espacios más importantes de la residencia en torno a un patio principal, que generalmente se encuentra porticado en sus dos alturas, con columnas de mármol sosteniendo arcos de medio punto o rebajados, a menudo profusamente decorados con motivos platerescos o de tradición mudéjar. El resto de dependencias se articulan en torno a patios menores o pequeños jardines, que varían dependiendo de las dimensiones y relevancia del palacio. Al exterior, suelen enfatizar la entrada principal con portadas de mármol que siguen por lo general modelos renacentistas italianos.