Es una de las escasas puertas del recinto amurallado de la ciudad que han llegado hasta nuestros días. Su construcción original se ha datado en época almohade, probablemente en el siglo XII y se le ha identificado con la 'bab al-Qatai' o 'Puerta de los Barcos', que se menciona en las fuentes musulmanas. Este nombre vendría de la cercanía con las atarazanas almohades, levantadas también en el siglo XII.
El nombre actual aparece ya en época cristiana, en relación con el mercado y los almacenes de aceite que se ubicaron en las proximidades.
Su apariencia actual dista mucho de la original y se debe en su mayor parte a la reforma acometida por Benvenuto Tortello en el siglo XVI, enfocada a facilitar el tránsito rodado a través del postigo.
También del siglo XVI parece ser el monumental escudo de Sevilla que se sitúa sobre el vano hacia el centro de la ciudad. Se ha atribuido al escultor renacentista Juan Bautista Vázquez el Viejo.
Junto al Postigo se sitúa la pequeña Capilla de la Pura y Limpia, edificada en el siglo XVIII. Allí se venera una pequeña imagen de la Inmaculada atribuida a Pedro Roldán.