REAL ALCÁZAR

El Alcázar de Sevilla es una de las residencias reales más fascinantes de España. Esto es debido a que no responde a un único proyecto acometido en un momento determinado, sino que es el resultado de numerosas fases constructivas, que se han ido sucediendo en su historia.

Ha tenido un uso continuado como palacio real desde sus orígenes musulmanes, allá por el siglo X u XI, hasta el día de hoy, en el que sigue siendo el palacio real en uso más antiguo de España y de Europa. A lo largo de su historia, los distintos monarcas que aquí han habitado, han ido adaptando los distintos palacios, patios y jardines a los gustos de cada época, hasta configurar el maravilloso y diverso conjunto por el que podemos pasear hoy en día.

Aunque su origen es un conjunto de palacios musulmanes, nos ha quedado muy poco de esta primera época del Alcázar. La mayor parte de los palacios que vamos a ver se corresponden con las reformas acometidas en época cristiana por:

- Alfonso X el Sabio, que construyó el llamado Palacio Gótico en el siglo XIII.

- Pedro I, llamado por unos el Cruel y por otros el Justiciero, que construyó el maravilloso que es el verdadero corazón del Alcázar. Fue edificado a mediados del siglo XIV y constituye la cumbre del estilo mudéjar.

- En el reinado de los Reyes Católicos se construyó la llamada Casa de Contratación, de la que también veremos algunas estancias a este lado, destinada a centralizar y organizar el comercio con las Indias, tras el descubrimiento de América en 1492.

Todo ello se halla rodeado por un magnífico conjunto de patios y jardines, que se han ido añadiendo y reformando hasta épocas muy recientes. Hay que recordar que una parte del Palacio de Pedro I, concretamente la planta superior, sigue habilitada como residencia de los reyes de España cuando se encuentran en Sevilla.

Gracias a todo esto, a su larga historia, a su belleza y a su arquitectura, el Real Alcázar de Sevilla fue declarado como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en diciembre de 1987, junto con las cercanas catedral y Archivo de Indias.

ANTIGUO CASTILLO DE SAN JORGE

En el lugar en el que hoy se encuentra el Mercado de Triana se edificó en época almohade (XIII) un castillo que luego sería  conocido como castillo de San Jorge. Puede que se hiciera sobre construcciones anteriores, incluso romanas o visigodas, y que se refortificara tras la derrota musulmana en la batalla de las Navas de Tolosa (1212). 

‘Annales d'Espagne et du Portugal’, 1741

Contaba con diez torreones que articulaban un robusto espacio fortificado de planta rectangular. Los cristianos fijarían allí la sede de la Inquisición en Sevilla en 1480, por lo que es seguro que fue el escenario de numerosos episodios de prisión y tormento a lo largo de su historia. De algunos de los sucesos ocurridos allí se han hecho narraciones tan geniales como la que ofrece Beethoven en su ópera “Fidelio”, que tiene por escenario este castillo.

Continuó siendo sede de la Inquisición hasta finales del siglo XVIII, cuando fue abandonado. Ya a principios del siglo XIX fue derribado y sobre su solar se levantó un mercado. Al fondo del actual mercado, en la parte que da hacia la calle Castilla, se pueden observar aún hoy algunos de los grandes muros que pertenecieron al primitivo castillo.

MURALLA DE LA JUDERÍA

En la calle Fabiola encontramos un fragmento de apenas unos diez metros de muralla que constituye el único resto visible que ha llegado a nuestros de la muralla de la judería. Esta muralla se levantó en el siglo XIII para separar a la comunidad judía de Sevilla del resto de la ciudad, rodeando los actuales barrios de Santa Cruz y San Bartolomé. Esta cerca contaba con una serie de puertas que se cerraban de noche, tratando de garantizar la seguridad de la comunidad judía en la ciudad. Sin embargo, la monumentalidad de esta muralla no evitó episodios violentos, como el dramático asalto de 1391 que acabó con la vida de cientos de judíos sevillanos.

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El fragmento que vemos aquí está hecho con tapial y en su base podemos ver insertas las características ruedas de molino, tan comunes en muchos de los edificios del barrio. Su finalidad original era evitar los posibles daños causados por los ejes de las ruedas de los carros, especialmente en vías estrechas como esta.

PUERTA REAL O PUERTA DE GOLES

En este espacio se situaba una de las puertas del recinto amurallado de la ciudad. Hoy desaparecida, solo ha llegado hasta nosotros el lienzo de muralla que tenía anexo. Se la llamó Puerta de Goles al menos desde la conquista cristiana de la ciudad hasta el siglo XVI. Pasó a ser denominada Puerta Real a partir de una visita de Felipe II a Sevilla en 1570, siendo el primer rey en entrar a la ciudad por esta puerta. Hasta entonces, los monarcas entraban a la ciudad por la Puerta de la Macarena.

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MURALLA DE LA PLAZA DEL CABILDO

Podemos ver aquí un fragmento de unos 60 metros de muralla, levantada en el siglo XIII creando una alcazaba que se ubicó en esta zona como parte del complejo entramado defensivo que envolvió el Alcázar y la gran mezquita al final del periodo islámico. 

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Está construida con tapial y conserva el adarve y las almenas. Hacia el norte, se ha conservado también un torreón, pero no es visible desde la parte del Cabildo al haber perdido su parte superior y quedar, por lo tanto, tapado tras la muralla.

En la salida desde la plaza hacia la calle Arfe, inserto entre el edificio de viviendas, se puede ver otro fragmento de muralla, con la misma datación y características.

POSTIGO DEL ACEITE

Es una de las escasas puertas del recinto amurallado de la ciudad que han llegado hasta nuestros días. Su construcción original se ha datado en época almohade, probablemente en el siglo XII y se le ha identificado con la 'bab al-Qatai' o 'Puerta de los Barcos', que se menciona en las fuentes musulmanas. Este nombre vendría de la cercanía con las atarazanas almohades, levantadas también en el siglo XII.

El nombre actual aparece ya en época cristiana, en relación con el mercado y los almacenes de aceite que se ubicaron en las proximidades.

Su apariencia actual dista mucho de la original y se debe en su mayor parte a la reforma acometida por Benvenuto Tortello en el siglo XVI, enfocada a facilitar el tránsito rodado a través del postigo. 

También del siglo XVI parece ser el monumental escudo de Sevilla que se sitúa sobre el vano hacia el centro de la ciudad. Se ha atribuido al escultor renacentista Juan Bautista Vázquez el Viejo.

Junto al Postigo se sitúa la pequeña Capilla de la Pura y Limpia, edificada en el siglo XVIII. Allí se venera una pequeña imagen de la Inmaculada atribuida a Pedro Roldán.

MURALLAS DEL ALCÁZAR

En la plaza del Triunfo y en calle Romero Murube podemos ver un fragmento de unos 150 metros de las murallas originales del 'Dar al-Imara' o 'Casa del Gobernador', el Alcázar primigenio levantado en época califal, a comienzos del siglo X.

Se trata del lienzo de muralla más monumental y hermoso de entre los conservados en la ciudad. A diferencia del resto de murallas sevillanas, aquí se levantaron utilizando unos enormes sillares de piedra, muchos de ellos provenientes de las antiguas murallas romanas, que tuvieron que ser derribadas ante el crecimiento de la ciudad en época islámica.

Insertos en la muralla, se han conservado una serie de siete torreones de planta rectangular y levantados también con sillares. Tanto en los torreones como en la muralla se puede ver en la parte superior el tramo recrecido por los almohades, ya en el siglo XIII. 

En este lienzo de muralla encontramos dos puertas. La más cercana a la Plaza de la Alianza es la Puerta de la Herradura, hoy cegada. Debe su nombre a su forma de arco de herradura, enmarcado por un alfiz. Al parecer, originalmente daba acceso a un puesto de guardia o castillete, añadido a la muralla durante la ampliación de época taifa (XI). 

En la Plaza del Triunfo encontramos la Puerta del Patio de Banderas, abierta probablemente en época almohade (XII-XIII), como parecen atestiguar las dos columnas con capiteles de este período que la flanquean del lado del patio. Es uno de los escasos ejemplos de columnas almohades conservadas in situ que han llegado hasta nuestros días.

En época almohade se construyó también el lienzo en el que hoy se sitúa la Puerta del León. Las torres que flanquean esta puerta son, por lo tanto, de épocas distintas. La del lado izquierdo, construida con sillares, es de época califal (X), mientras que la de la derecha se levantó en época almohade (XIII), mayoritariamente en ladrillo. Junto a esta segunda, y dando hacia la calle Miguel de Mañara, se puede observar la entrada original de acceso al Alcázar almohade, cegada cuando se reemplazó por la actual Puerta del León, abierta durante el reinado de Pedro I (XIV).

TORRE DE ABDELAZIZ

Llamada también Torre de Santo Tomás. Se levantó en época almohade, en el siglo XIII, como parte del lienzo de muralla que unía el Alcázar con la Torre del Oro. Tiene una planta hexagonal y mide unos 15 metros de altura, siendo maciza en los 8 primeros. 

Está construida con ladrillo, reforzado con sillares en la base y en las esquinas. En su mitad superior, se halla recorrida por las dos franjas horizontales tan características de las torres almohades. Cada paramento está decorado en la parte superior con unos arcos ciegos polilobulados enmarcados en alfices.

POSTIGO DE ABDELAZIZ

Llamado también Arco de la Plata o Arco de Mañara. Se trata de una de las puertas de entrada por las que se accedía al recinto amurallado que rodeaba el Alcázar. Fue construido en época almohade, probablemente ya en el siglo XIII, al igual que la Torre del Oro. De la construcción islámica se puede apreciar aun desde la avenida de la Constitución el arco de herradura original, enmarcado por un alfiz.

Sin embargo, la mayor parte de lo que ha llegado hasta nosotros responde a la reforma acometida en el siglo XIV, en época cristiana. Fue entonces cuando se dispuso la bóveda de nervadura gótica que lo cubre en la actualidad.

MURALLA DE LA CALLE SAN GREGORIO

Este fragmento de apenas 20 metros de muralla fue construido en época almohade, a mediados del siglo XII, formando parte del llamado tercer recinto del Alcázar. Se construyó al ampliarse el Alcázar para configurarse como una alcazaba, duplicando su superficie original. Está construida en tapial, como la mayor parte de las murallas sevillanas, aunque en este caso podemos observar como la construcción original se recreció en algún momento posterior mediante ladrillo.