En la actualidad, el Hospital es la sede la Fundación Focus y en sus estancias se ubica el Centro Velázquez, dedicado a la difusión del pintor sevillano, exponiéndose algunas obras de su autoría junto con algunas magníficas piezas de autores coetáneos, como Murillo, Valdés Leal, Juan Martínez Montañés y Pedro Roldán, entre otros.
Claustro
El edificio se articula en torno a un patio principal rodeado por una galería porticada con columnas de mármol que sostienen arcos de medio punto en el primer piso. Las galerías superiores están cerradas y se abren al patio mediante mediante ventanales con balcones de forja, enmarcados entre pilastras de ladrillo de color rojizo.
En el centro del patio, destaca su original fuente que se encuentra a u nivel inferior con respecto al resto del patio. A ella se accede a través de gradas concéntricas decrecientes. La explicación de su emplazamiento se debe a la dificultad en el abastecimiento de agua existente en Sevilla en tiempos pasados. Esta ubicación permitía la entrada de agua en el interior de forma directa y segura. Los azulejos de la fuente son originales de la época, formando multitud de formas geométricas en tonos azules y amarillos, muy característicos del arte cerámico de herencia andalusí.
Iglesia
El diseño de la iglesia fue trazado por Leonardo de Figueroa, el gran arquitecto del barroco sevillano, al que se deben en la ciudad obras tan notables como la iglesia de la Magdalena, el Salvador o San Luis de los Franceses.
En el caso de Los Venerables, el templo responde a la forma tradicional de las iglesias sevillanas de la segunda mitad del siglo XVII, con una sola nave cubierta por bóveda de cañón con lunetos y arcos fajones. En el presbiterio se sitúa un crucero, levemente marcado en la planta del edificio, cubierto en el centro por una bóveda de media naranja, gallonada y sin tambor. Esta cúpula no es visible desde el exterior, ya que se halla cubierta por un tejado a cuatro aguas.
Aunque la estructura de la iglesia es bastante sencilla, su profusa decoración pictórica a base de frescos, así como la riqueza de las obras de arte que atesora, hacen de ella una de los conjuntos más importantes del Barroco sevillano.
Las pinturas de la iglesia responden al diseño del gran pintor sevillano Valdés Leal, aunque su avanzada edad hizo que gran parte de ellas fueran ejecutadas por su hijo, Lucas Valdés. En general, se considera que responden a la ejecución directa de Valdés Leal las situadas en el presbiterio, en el área más próxima al altar mayor, mientras que las del resto de la iglesia habrían sido acometidas por su hijo Lucas Valdés, aunque siguiendo el diseño creado por su padre.
La técnica utilizada para la ejecución de todas ellas es la de la pintura al temple, que ya había sido empleada por Valdés Leal en el Hospital de la Caridad, con retoques al óleo.
El programa iconográfico se centra en la exaltación del sacerdocio, en relación con la finalidad para la que fue construido el Hospital de los Venerables, como residencia para sacerdotes ancianos. Encontramos además numerosas referencias a San Pedro y a San Fernando, como santos titulares del templo. Vemos que se utiliza profusamente un efecto pictórico muy característico del arte barroco: el trampantojo. Se trata de recrear escenas en espacios ilusorios extendidos más allá del espacio arquitectónico que las recoge. Se crea así una realidad plena de luz y movimiento, a través de guirnaldas, conjuntos frutales, jarrones, jaspes y óvalos. A través de la pintura se simulan otros materiales, como tapices, medallones metálicos o esculturas pétreas.
Sería necesaria una monografía para describir el conjunto de pinturas de la iglesia de los Venerables. A modo de ejemplo, podemos citar las ubicadas en la bóveda del presbiterio, sobre el altar mayor. Allí ubicó Valdés Leal un ‘Cristo Salvador, triunfante de su Pasión y Muerte’, representado con gran acierto en el tratamiento de la perspectiva. Se halla enmarcado por un triángulo, símbolo de la Trinidad y coronado por el nombre de Cristo en hebreo. El vértice inferior del triángulo incide en el centro de un círculo, que simboliza la eternidad. Situado a los pies de Cristo, abierto, el Libro de los siete sellos, en imagen que se asemeja a la del Cordero apocalíptico. A los lados de Cristo, dos ancianos sacerdotes revestidos de pontifical adoran e inciensan su cuerpo. Por los elementos de martirio situados a los pies de estos personajes, una cruz invertida y un ancla, se desprende que se trata de San Pedro y San Clemente Papa, lo que se confirma por los símbolos iconográficos papales situados en los ángulos. Las alegorías de la Caridad y la Humildad cierran este conjunto. Se tratan de dos virtudes que han de adornar el sacerdocio.
El actual retablo mayor nada tiene que ver con el primero que se levantó en la iglesia; aunque si conserva algunas obras que lo conformaron. El retablo que contemplamos en la actualidad fue terminado en 1889, siendo obra de Vicente Ruiz. No estamos ante un retablo especialmente afortunado en su composición, aprovechándose en su estructura abundante material de acarreo, especialmente del anterior retablo.
En el cuerpo principal se encuentra el gran lienzo de la ‘Última Cena’, que como el sagrario perteneció al antiguo retablo. Esta obra, considerada con anterioridad como del primer tercio del siglo XVII, pertenece a la producción de Lucas Valdés. Tiene un estilo bastante alejado de la pintura tradicional sevillana, con una composición bastante arcaica y una atmósfera tenebrista.
El cuerpo alto del retablo se ubican tres hornacinas con representaciones pictóricas. En la central se ubica un lienzo con ‘La Apoteosis de San Fernando’, una obra también de Lucas Valdés, aunque en este caso de una gran calidad. Fernando III aparece sobre un pedestal junto a las armas y vestimentas de los musulmanes derrotados. Flanquean a San Fernando dos jóvenes matronas que pueden identificarse con Sevilla liberada y la Paz. A los lados, en las hornacinas menores, se sitúan dos lienzos de San Clemente y San Isidoro, realizados por el pintor sevillano Virgilio Mattoni en 1891.
En los muros de la iglesia, entre su rica decoración al temple, se distribuyen una serie de retablos realizados entre los siglos XVII y XIX, que destacan más que por su calidad intrínseca por albergar una serie de interesantes obras escultóricas y pictóricas.
Por mencionar solo algunas, podemos hablar de dos de los retablos del lado derecho. Uno dedicado a la Inmaculada, presidido por lienzo de José María Ruiz y García, de principios del siglo XVII o el dedicado a San José, con una hermosa escultura de finales del mismo siglo y de autor anónimo.
A ambos lados de l puerta principal, a los pies del templo, se ubican dos magníficas obras sedentes que representan a San Clemente y San Fernando. Son obras de Pedro Roldán de 1698 y ambas fueron policromadas por Lucas Valdés.
Sacristía
Desde el lado derecho del crucero se accede a una pequeña sacristía que alberga una de las joyas de este Hospital. Se trata las pinturas de la bóveda, una de las obras maestras de Valdés Leal. El pintor crea aquí un arquitectura imaginaria, en la que unos ángeles descienden bajo la balaustrada portando la Santa Cruz. A pesar de las reducidas dimensiones del espacio, el autor logra transmitir la sensación de tridimensionalidad, a la que se une la enorme habilidad en la representación de las distintas texturas.
Centro Velázquez
El Centro Velázquez, propiciado por la Fundación Focus, expone en algunas de las estancias del Hospital prácticamente las únicas obras del gran pintor sevillano que se pueden contemplar en su ciudad natal.
Entre ellas, encontramos una Inmaculada que constituye una de las primeras obras conocidas de Velázquez, que mostró ya aquí sus enormes capacidades a pesar de su corta edad. La Virgen aparece representada siguiendo los patrones dictados por su suegro Francisco Pacheco y destaca por el gran naturalismo de la imagen. Junto a ella, del mismo autor se muestran una ‘Imposición de la casulla a San Ildefonso’ y una bellísima y magistral ‘Santa Rufina’, que es quizás la obra más emblemática del Hospital de los Venerables.
A las obras de Velázquez se suman una selección de pinturas de autores coetáneos de gran calidad. Se encuentran representados autores como Francisco Pacheco, Zurbarán o Murillo, del que podemos admirar un magnífico ‘San Pedro penitente’, pintado originalmente para la iglesia de este hospital. La obra fue sustraída por los franceses durante la invasión napoleónica y volvió a Sevilla en 2014 gracias a su adquisición por parte de la Fundación Focus.
En la misma sala se expone también una Vista de Sevilla de autor anónimo y fechada hacia 1660. Se trata de una de las panorámicas históricas más hermosas de la ciudad de entre las que han llegado hasta nuestros días.
A las obras pictóricas se suman dos esculturas de Martínez Montañés, uno de los grandes maestros del barroco sevillano, del que se exponen una Inmaculada y un juvenil San Juan Bautista. Ambas vienen a completar la extraordinaria colección artística del siglo XVII expuesta en el Hospital.
Galería superior del Claustro
En la galería superior del claustro se exponen una serie de obras pictóricas, principalmente también del siglo XVII, centradas en temas bíblicos y paisajísticas. Por su valor histórico, se pueden destacar las ubicadas saliendo de la escalera hacia la derecha. Son dos obras de Lucas Valdés, relacionadas con la historia del Hospital de los Venerables. Se representan escenas de la asistencia a pobres sacerdotes por valiosos caballeros, que humildemente prestan este servicio asistencial. Contrasta, como se puede observar, la presencia de los vestidos de alto linaje con los sayales raídos de los ancianos sacerdotes que buscan hospedaje y atención entre los muros del hospital.
Antigua Enfermería
En las estancias de la primitiva enfermería del hospital se ha ubicado una interesante colección de pintura contemporánea de los siglos XX y XXI.
En ella destacan en primer lugar las obras de la artista sevillana Carmen Laffón, con sus bocetos para el cartel oficial de Semana Santa, ilustrando un detalle del paso de la popular Virgen de la Candelaria. Además, podemos ver su obra Mujer sentada de espaldas.
Entre otros autores, se pueden destacar también las acuarelas del pintor murciano Ramón Gaya.
En general, se puede trata de una colección que permite apreciar la nueva concepción del arte en nuestros días, muy alejado de los temas barrocos que expuestos en el resto de dependencias del Hospital.